30 dic 2011

Tardes que sanan

Una tarde con un poquito de sol, buena compañía, plata, una linda compra y un submarino de Havanna son una combinación exquisita con capacidad de hacerme feliz mientras dure y prolongar mi buen humor hasta que termine el día. 
Recordatorio: Hacerlo más seguido.
Se siente tan bien encontrar lo que busco, que placer poder casi automáticamente (en la segunda tienda) toparme con ese jean blanco que tanto deseaba pero no podía tener por dos motivos: nunca encontraba en mi talle y siempre cuando salía a buscarlo me terminaba comprando otra cosa impulsivamente. Que lindo caminar con Rone y Agustín (que hace mucho que no veía), que lindo ser consciente de que me estoy riendo de manera auténtica. Y ni hablar del conito de dulce de leche y lo empalagada que terminé, inigualable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario